Hoy sólo quiero hablar de rosas

De todas las flores las que más me encantan son seguramente los claveles. Sin embargo, también me gustan las rosas por su olor fuerte  y su belleza clásica. El otro día estuve en el parque otra vez. Me encaminaba a la Plaza de Neptuno y me ha dado ganas de ir por el parque, así que me fui.

Me perdí.

 Estén tranquilos, fue intencional. En principio seguí las direcciones del mapa pero de repente me di cuenta de que seguía por un sendero desconocido. Se me gustó y decidí seguirlo un poco más. He notado más que nunca durante estos días que de hecho llega el otoño. Las hojas viejas ya marchitadas empiezan a cubrir el suelo con sus tonalidades de marrón y amarillo y aunque los árboles sigan verdes, ya se ve que poco a poco, hoja por hoja cambian de color. He estado sola por algún tiempo hasta que alcancé una madre con dos niños. Lo más grande no tendría más que 7 años y el más pequeño 5. Venían de la escuela. La madre con sus maletas y los niños le acompañaban charlando y jugando con piedritas. Y yo, como ellos, me sentía segura cerca de la madre así que me dejé conducir, quedándome siempre un poco atrás. No sé cuánto tiempo hemos pasado así hasta que estábamos delante del Casón del buen Retiro. No estoy segura que les pasó, pero creo que allí los niños y su madre, que sin saberlo habían compartido conmigo, salieron del parque. Yo, maravillada con el jardín que se extendía delante de mis ojos muy pronto los olvidé. Sin rumbo otra vez, llegué al memorial de las víctimas del atentado de 2005. No había nada, ni siquiera pájaros…

Fuentes, gentes, bicis y cuando me entero dónde estoy… Mis pies me habían llevado otra vez a la Rosaleda, un jardín precioso dónde sólo se plantan rosas de todos los tipos. Todavía no se han marchitado y huelen bajo el sol. De todos los colores, tamaños…. PRECIOSAS. Allí me quedé escribiendo, pensando y respirando el aire impregnado de las rosas.

No quiero salirme de este jardín, y me da pena que tan pronto estará muerto.

La inminente ausencia de las rosas me llena de vacío. Hoy les he echado mucho de menos a mi familia y amigos...

Un beso muy grande desde España. Mañana vuelvo a escribirles en portugués, que el texto no me sale muy bien en español. Y les hablaré de las fiestas españolas, así que no dejen de leerlo.