domingo, 3 de abril de 2011

Como la fénix

Las flores empiezan a brotar por todo el parque, las macetas de mis vecinos vuelven a llenarse de colores y los árboles de verde. La gente toma de golpe a las calles y las terrazas recobran su espacio en las aceras. ¡Y el sol! Este sol maravilloso bajo lo cual la gente se tumba en las plazas, como si a ejemplo de las flores, quisieran brotar también.
Las medias poco a poco dejan las calles, los pañuelos ganan nuevas tonalidades y mis piernas, pálidas tras dos inviernos, por fin vuelven a tocar el aire. La vida entera parece estar envuelta en frescor. Es como si, como la propia ciudad, estuviéramos todos naciendo otra vez y empezando una existencia completamente nueva. La gente sonríe más, los chicos guapos nos sonríen más. Y Jorge Drexler hace conciertos en la Gran Vía.
Deportistas y perros se multiplican a cada esquina y también las máquinas fotográficas y los guías “Lonely Planet”. Ya no se sale de casa sin un Ray Ban. Las noches no empiezan antes de las 21; sin embargo se hacen más largas que nunca. Mis vestidos, escotes y faldas empiezan, uno a uno, a salir del armario ya que todos los poros de mi piel reclaman su lugar al sol. Y la rosaleda ya nos dio su primera rosa. Es precioso. Hermoso. Sensual. Magnífico.
¡Salid todos! ¡Disfrutad!
Es primavera en Madrid.

5 comentarios:

  1. Pois aqui eu nem sei em qual estação estamos. Hoje está frio. Ontem fez um calor infernal e "o céu desmoronou-se em tempestades de estrupício" a noite.
    Rachel, vc escreve muito bem!! Vc precisa escrever um livro, uma coluna no jornal, sei lá. Dê um jeito! E tenho dito!

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  2. No lo creo...concierto de Jorge Drexler en Madri. Porqué ahora y no en octubre?

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  3. Raquel, me acordé de una canción...no es de Jorge Drexler, pero de Los Delinquentes -> ¿Quién es más Poderoso el Aire o el Fuego?

    Sabes?

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  4. Esse Edson é muito dramático. Já tem uma carinha de outono por aqui. Os dias amanhecem mais frescos, e no fim de tarde sopra uma brisa gelada. Mas a paisagem não é tão deslumbrante como em Madri. A inversão térmica deixa o céu acinzentado, e a estação que deveria deixar as pessoas mais elegantes, em terras tupiniquins vira um show de horrores.

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