martes, 7 de junio de 2011

Sevilla tiene una cosa...

Tres maletas, un tren.

Tres noches casi insomnes, un día perezoso en la playa.

Tres idiomas… cantando flamenco.

Tres camas en una habitación de hostal, un mismo lio de ropas, sandalias, champús… y un balcón siempre lleno de sol.

Tres tazas de café por la mañana, tres tostadas, tres vasos de zumo…. el jardín del Alcázar, el Patio de los Naranjos, el puente de Triana.

Tres gafas de sol, tres miradas, tres universos enteros. Tres sonrisas y la juventud que pone Sevilla a nuestros pies.

Luna, sol, flor y mantilla. Despertar en el alma lo más español de mí... y lo más brasileño a un mismo tiempo.

El salmorejo, los tintos de verano, los escaparates repletos de peinetas y abanicos;
lunares, helados, piropos y, por unanimidad de este trío, los chicos más guapos de toda España.

Tres corazones, una amistad.

Rincones iluminados, carreteras de girasoles, Jerez. Tanta risa, tanta historia… volver sabiendo que llevo Andalucía no solo en la sangre, pero en el pecho.

Lirio, Violeta, Amapola. Compañeras de aventura.
Tres flores junto al Guadalquivir.

1 comentario:

  1. Que maravilhoso, Raquel!! e, com certeza, não tem cenário mais perfeito para isso que a MARAVILHOSA SEVILLA, não?
    Fiquei emocionada com o texto =)
    muitos beijos,
    Luciane

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